17.4.13

Las agresiones disfrazadas y el manejo de la información






El uso de las palabras no es inocente, sobre todo si forman parte de títulos de noticias publicadas en medios de prensa de alcance masivo. Y la selección de temas tampoco lo es. Qué publicar y qué dejar afuera de la edición impresa es una decisión de suma relevancia para los editores de periódicos, y las palabras de los titulares, junto con el lugar elegido para ubicar determinada noticia, induce a conclusiones rápidas por parte de los lectores. No es lo mismo un “ataque” que un “enfrentamiento”, por ejemplo. En un caso se pueden identificar con claridad a la víctima, mientras que en el segundo se adjudica la intensión de dañar al otro a los dos contendientes, independientemente del resultado de la pelea.
La agrupación política La Cámpora viene siendo objeto de una campaña de hostigamiento por parte de las corporaciones periodísticas, que tratan de vincularla con hechos de corrupción gubernamental y violencia. Basta recordar la tergiversación del contenido de un mensaje de texto recibido por el vicepresidente primero de la Cámara de Diputados bonaerense, José Ottavis, que según Clarín prácticamente incriminaba al legislador en la entrega de sobornos para que se votara en favor de una reforma fiscal, cuando en realidad lo alertaba sobre la circulación de un rumor. O la amplificación de una denuncia infundada del dirigente social Raúl Castells sobre la supuesta distribución de armas entre militantes oficialistas, en especial de esa agrupación juvenil.
El intento por relacionar a la agrupación kirchnerista con la violencia encontró campo propicio para desarrollarse en un episodio ocurrido en la puerta de una escuela del barrio platense de Tolosa, epicentro del temporal  del 2 y 3 de abril. Clarín, La Nación y otros medios opositores no ocultaban su disgusto por la participación de esa agrupación política –identificada con remeras y chalecos - en las tareas de distribución de ayuda material a los afectados. Y entonces “informaron” sobre un "enfrentamiento” por el control de la ayuda a los damnificados por el temporal.
El lunes 8, el diario Clarín publicó un artículo titulado: “La UOCRA y los grupos cristinistas, a los palazos por distribuir la ayuda”. Allí afirmaba: “Sindicalistas y La Cámpora chocaron en el barrio de Tolosa”. Queda claro en este encabezado sin firma que se postulaba la existencia de dos grupos contendientes, igualmente violentos, peleándose por distribuir bienes para los afectados por el temporal.
Luego decía el matutino que los dos grupos  “se enfrentaron ayer a la tarde a palazos por el reparto de mercadería depositada en el centro de distribución de las calles 6 y 526, en Tolosa (…)  por el reparto y por el rédito político, en medio de la catástrofe”.
Según Clarín, habrían existido “antecedentes” de choques entre los dos grupos, aunque luego decía que esta vez la UOCRA “fue directamente al enfrentamiento con los militantes de La Cámpora  que estaban en el local”, con lo cual reconocía implícitamente la existencia de un agresor. Hablaba además de una filmación “que podría aportar más detalles”. Lo cierto es que en el video, que tuvo una amplia difusión en internet, se ve a un grupo de personas – muchas de ellas identificadas con remeras de la UOCRA- bajando de varios vehículos parados en medio de la calle para agredir a personas identificadas con insignias de La Cámpora. Estos nuevos detalles no  fueron difundidos por Clarín en su versión impresa, aunque sí en su edición on line, donde sin embargo se anunciaba las “imágenes del enfrentamiento”, capturadas de TN, aunque se omitía informar – por ejemplo -sobre la autorización otorgada a un hijo del secretario general de la UOCRA, Juan Pablo “Pata” Medina, para manejar la camioneta con que se desplazaban algunos de los agresores.
El 9 de abril, casi en el final de un artículo crítico sobre la distribución de ayuda, se afirmaba en el diario que un grupo de La Cámpora “se enfrentó” con otro de la UOCRA y apenas mencionaba la multiplicidad de repudios a la UOCRA de parte de representantes de los poderes Ejecutivo y Legislativo provinciales.
En su edición on line del lunes 8, el diario La Nación actuó como “medio eco” del enfoque de Clarín a través de un artículo titulado, coincidentemente: “La Cámpora y la Uocra se enfrentaron a palazos por el reparto de donaciones”, donde decía: “El episodio violento ocurrió ayer en un centro de distribución de Tolosa”. Luego aclaraba que  “un grupo identificado con la Unión Obrera de la Construcción (Uocra) de la capital provincial se enfrentó a palazos y piedrazos con militantes de la agrupación kirchnerista La Cámpora, que participa activamente de las tareas de ayuda, en una centro de distribución en Tolosa”, lo que cambiaba un poco el eje adelantado en el título. Luego el matutino citaba a Clarín y agregaba el repudio a la agresión del vicegobernador, Gabriel Mariotto y por último daba crédito a un supuesto reclamo de los agresores por "la distribución equitativa" de las donaciones.
El martes 9, en su edición impresa y con firma de Valeria Musse, pese a tener las imágenes a su disposición, el diario reiteraba la tesis del enfrentamiento: “El reparto de donaciones también provoca enfrentamientos entre grupos políticos que buscan llevarse la bandera solidaria por la asistencia y pelean por ser reconocidos. Anteayer, y según la denuncia realizada por militantes de La Cámpora, se habría producido un enfrentamiento a golpes entre miembros de la seccional La Plata de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra) e integrantes de aquella organización”, decía, en un verdadero “plagio” de la versión de Clarín.

Enfoques divergentes

La aparición de evidencias sobre cómo se desarrollaron los hechos dieron lugar a que Clarín dejara de referirse al tema en su edición impresa, y obligaron a La Nación a rectificar “información” levantada de su medio colega.
La difusión del video que muestra la agresión, y las primeras detenciones fueron reflejadas por el matutino fundado por Roberto Noble, pero sólo en su edición on line sin abandonar la tesis del “enfrentamiento”, contradictoria con las propias imágenes y la actuación de la Justicia. “Detuvieron a 4 personas entre ellos al hijo del Pata Medina”, decía Clarín, aunque afirmaba que fue “por la causa abierta por el choque de gremialistas contra La Cámpora en La Plata”. Es decir, un “choque” violento entre dos fuerzas enfrentadas. El portal de Clarín reconocía a continuación la existencia de una “causa abierta por la agresión de sindicalistas de la UOCRA a militantes de La Cámpora”, aunque luego volvía a hablar de “choque”. La debilidad de su posición a priori en relación con los propios hechos  quizás haya sido el motivo de la ausencia casi total del tema en la edición impresa, con excepción de una mención indirecta en la cual se habla de “incidentes” pero no de las novedades del caso.
En cambio, La Nación parecía haber tomado nota de la grosera discrepancia entre el “relato” periodístico y los hechos, y reconocía el 11 de abril que se trató una “agresión” y no un “enfrentamiento” entre dos facciones. “Detuvieron al hijo de un líder de la Uocra por ataques a militantes de La Cámpora”, se titulaba una nota firmada por Pablo Morosi, corresponsal en La Plata. El periodista se refería a las detenciones y la incautación de un arma de fuego, “una pistola calibre 9 mm con numeración limada que habría sido utilizada durante los incidentes” y dos vehículos, incluida la camioneta que habría sido usado en el ataque. El periodista daba espacio además a la versión de Medina padre y a la de los denunciantes.
No obstante las evidencias, los dos principales diarios argentinos retomaron luego de un prudente silencio la tesis del “enfrentamiento”.  En Clarín, Julio Blanck insistía en su columna del domingo 14 en la construcción de una imagen de la agrupación política La Cámpora vinculada con la violencia, el sectarismo y el uso de recursos públicos con fines mezquinos. Según el columnista, “como precio por su sobrevivencia política, (el intendente platense, Pablo) Bruera tuvo que soportar la virtual intervención de La Plata a manos de La Cámpora (…)  cuyo jefe Andrés Larroque (…) fue investido de esa responsabilidad en público por la Presidenta (…) Los jóvenes camporistas concentraron toda la ayuda remitida por el Gobierno nacional y los empresarios a los que con modales cuarteleros convencieron Guillermo Moreno y la ministra Débora Giorgi. Además, su amplio despliegue y virtual control operativo les permitieron canalizar hacia su centro de distribución camiones con ayuda de otras procedencias”, afirmaba. Y decía que “el enfrentamiento con los gremialistas de la construcción que capitanea el temible Pata Medina fue una expresión de esa lucha por el territorio de la ayuda”.
El periodista Sebastián Lalaurette, en la edición de La Nación del lunes 15, realizó una lectura similar de la actuación de La Cámpora durante los días posteriores a la tragedia. “Las organizaciones K ocuparon la escena desde los primeros días, distribuyendo donaciones y participando en los trabajos de ayuda y reconstrucción en los barrios más afectados (…) Los integrantes de las agrupaciones K, con la coordinación del diputado nacional y referente de La Cámpora Andrés Larroque, tomaron el control del edificio para supervisar la entrada y salida de personas ajenas a las organizaciones, incluyendo a quienes iban a llevar ropa y comida para los inundados”, aseguró.
Además, “la participación de las organizaciones kirchneristas en el operativo de auxilio a los damnificados, a cuyos integrantes siempre se vio con pecheras y rótulos identificatorios, generó cuestionamientos e incluso roces violentos, como los que se produjeron con miembros de la Uocra el sábado 6 y el lunes 8. El primer choque ocurrió cuando los gremialistas impidieron que la agrupación K entregara mercaderías en Villa Elvira; el segundo, poco antes de la visita presidencial. Por este segundo hecho, que incluyó palazos y piedrazos, fue detenido Cristian Medina, hijo del líder de la Uocra platense, Juan Pablo ‛Pata‛ Medina”. En este párrafo, insistía en plantear la existencia una pelea entre dos grupos violentos, a contrapelo de las imágenes que mostraban a una patota identificada con insignias de la Uocra atacando a voluntarios que realizaban tareas comunitarias frente a una escuela pública. Una vez, se expresaba la discrepancia flagrante entre el relato periodístico y los hechos.