24.9.06

China compra soja y Europa carne y Brasil automóviles

La provincia de Buenos Aires concentra el 35% de las exportaciones argentinas, y tiene un abanico de capacidades productivas que le permite generarar carnes congeladas y preparados vacunos; aceites y otros derivados de soja; automóviles, motores, neumáticos y autopartes. El 55% de las exportaciones de la Provincia lo constituyen las manufacturas de origen industrial, en especial autopartes y vehículos terminados, productos químicos, caños de metales comunes y plásticos.
El Mercosur absorbe el 41% de las exportaciones industriales y, dentro de ese grupo, más de las dos terceras partes de las ventas son a compradores de Brasil. El Nafta, un espacio comercial liderado por Estados Unidos, concentra sólo el 17% de las exportaciones bonaerenses, el resto de América (incluida Venezuela) el 22%; la Unión Europea el 6% y otros mercados el 14% restante.
El caso europeo es muy significativo en términos simbólicos, ya que ése es precisamente el principal mercado para manufacturas de origen agropecuario, en especial carnes congeladas pero también aceites, grasas, pieles, cueros e infinidad de productos que requieren un escaso eslabonamiento productivo. Los países de la Unión Europea concentran el 28% de las ventas de manufacturas de origen agropecuario, los del Mercosur el 19%, y los Asia y Asia del Pacífico 17% (aquí cobra importancia la venta de aceites y harinas de soja). Los países del Nafta compran sólo el 9% de las exportaciones bonaerense, otros países de América (incluido Venezuela) el 12% y un 15% otros Estados nacionales.
Las manufacturas de origen agropecuarios constituyen el 19% de las exportaciones bonaerenses. Superan por poco a los combustibles y por mucho a los productos primarios sin elaboración, como el ganado en pie o las frutas a granel.
En el primero trimestre del año, según un trabajo realizado por el ministerio de Producción bonaerense, las exportaciones aumentaron un 16,9% respecto del mismo período de 2005. Alcanzó los 7.602 millones, el 35% del total nacional. Las manufacturas de origen industrial ganaron participación en total, ya que se incrementaron un 18,5%. Brasil como destino también creció más que el promedio: un 25%. En el indicador del comercio bilateral tendría una importante incidencia la depreciación del peso argentino respecto del dólar y la apreciación del real brasileño, cada vez más caro respecto de la divisa de Estados Unidos.
“La provincia de Buenos Aires tiene un perfil exportador con un significativo grado de diversificación, tanto en productos que vende al exterior como en destinos a los que exporta”, señaló la economista María Martínez Garbino, de IES Consultores.
“Al poseer un entramado industrial con cierto grado de desarrollo, con un núcleo de empresas maduras y competitivas, ha logrado diversificar su oferta exportable más allá de los productos agro-ganaderos”, agregó.
Para la economista, “esta diversificación de productos le permite alcanzar mercados más lejanos que los socios comerciales limítrofes”, como en el caso de Europa o norteamérica.
“En la comparación con la oferta exportable de otros estados provinciales, se puede decir que Buenos Aires depende relativamente menos que el resto de las provincias de un sólo socio comercial”, observó Martínez Garbino.
La economista no dejó de reconocer la brasil-dependencia de la Provincia, pero aseguró que algunos productos son capaces de superar las barreras arancelarias impuestas por otras economías.
Maximiliano Scarlam, de abeceb.com, observó sin embargo que algunos mercados combinan barreras para los productos de nuestro país. Por ejemplo, en la competencia con los países de Europa del este por la venta de automóviles a Europa, Argentina lleva las de perder en términos arancelarios por la incorporación de muchos países a la Unión Europea, lo mismo sucede en términos de costos de flete y, en algunos casos, corre en desventaja por decisiones estratégicas tomadas por las automotrices en sus países de origen.
En los últimos dos años, las exportaciones de la Provincia, sobre todo las de origen industrial, crecieron más que las del total del país, y en 2007 podría acercarse al 40% del paquete. Los complejos más dinámicos, según explicó el economista Maximiliano Scarlam, de Abeceb.com, son el sojero, el automotriz y el petroquímico. Los productos que más aumentaron su participación en el mercado externo son el fue oíl, el poroto de soja y sus derivados y las autopartes y vehículos.
No obstante estos indicadores, en el sector automotriz existe un déficit con Brasil. En ese caso, Scarlam percibe que la tendencia es a una reducción de ese desequilibrio por las mayores inversiones realizadas en las plantas Toyota, Peugeot y Wolkswagen, y por la crisis de las terminales brasileñas a raíz el encarecimiento del Real.
Junto con Brasil, México y Chile son los otros mercados importantes para vehículos y sus componentes. Con todos ellos, existen acuerdo comerciales que garantizan el acceso con aranceles cero o una mínima carga impositiva. A esos destinos se han sumado otros países latinoamericanos, en especial Venezuela.
En cambio, Scarlam observó que existen dificultades para acceder a otros mercados de alto poder adquisitivo como el europeo, excepto en el caso de algunas autopartes. La principal competencia es la de países del este incorporados a la unión en los últimos años. Para los productos argentinos, los aranceles, y los fletes son más altos. Además, las inversiones y lo destinos de las producción son definidos por ejecutivos e inversionistas de Japón, Europa y Estados Unidos, y los gobiernos tienen un margen de maniobra acotado para incidir en esas decisiones.


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17.9.06

Producir más y mejor para atacar las causas profundas de la inflación en Argentina

¿Porqué aumentan los precios? Para decirlo muy fácil: porque los diferentes actores económicos - empresarios, trabajadores, consumidores - compiten entre sí por ver quién se lleva la parte más grande de la torta. Y para lograr ese objetivo dejan de adquirir productos (para impulsar una baja), realizan huelgas (para mejorar los salarios en relación con los productos) o suben los precios de los bienes o servicios ofrecidos al mercado. A veces el Estado interviene en beneficio de alguno de esos sectores y otras veces “deja hacer”, y de esa manera fortalece a quién tiene una posición dominante. Ahora bien, cuando el incremento de precios se generaliza a la mayoría de los productos y se mantiene en el transcurso del tiempo, se pasa al fenómeno inflacionario.
Algunos economistas atribuyen la inflación a fenómenos monetarios: déficit fiscal cubierto con emisión desenfrenada de dinero, compra de dólares o regulaciones económicas de todo tipo. Otros especialistas atribuyen la inflación a características estructurales de los países: por ejemplo, la existencia de monopolios u oligopolios en algunas ramas productivas, la dependencia de insumos importados o la venta al exterior de productos de bajo valor agregado. Una tercera variante supone que la inflación no difiere substancialmente de un simple aumento de precios, y de lo que se trata es de compatibilizar los objetivos de los diferentes sectores. A esta última tesis adhiere el gobierno cuando convoca a acuerdos de precios. Para las otras dos escuelas, esta es una solución para el corto plazo porque no ataca las regulaciones estatales o, por el contrario, no resuelve los problemas estructurales de la economía.
De lo anterior se deduce que si este gobierno no pretenden retornar a los paradigmas liberales de los ‘90 debería ocuparse se profundizar el perfil productivo del modelo económico desactivando monopolios, reduciendo la dependencia de insumos o tecnología importada, agregando mayor valor a las exportaciones y mejorando la calidad de la inversión.
El economista José Sbattella explicó que en algunas ramas industriales los precios pueden fijarse en el despacho de un, dos o tres gerentes. Por ejemplo: en la industria siderúrgica, una sola empresa concentra el 84% de las ventas en el mercado interno. En Cemento, 3 empresas tienen el 96%. En galletitas, 2 firmas tienen el 73% del mercado. En lácteos, las dos primeras tienen el 66% de la torta. Y en la comercialización de estos productos también actúan empresas con posición dominante: una sola cadena tiene 475 bocas de expendio y concentra el 31,2% de las ventas.
Lácteos y carne tienen también el inconveniente que conlleva una demanda externa dispuesta a pagar precios más caros. Los productos vacunos tienen asimismo una oferta concentrada en el Mercado de Liniers y en los remates y compras directas que toman los valores comercializados allí como referencia. Por eso las inversiones previstas en el plan ganadero y el eslabonamiento de esos sectores con la investigación científica aplicada y el desarrollo industrial son tan importantes para un desarrollo productivo de largo plazo con baja inflación.