Germán Celesia*Los principales “formadores de opinión” del oficialismo promocionan hábitos austeros para enfrentar la indignación por los incrementos de precios, aunque la baja de la actividad económica no parece afectar por ahora el consumo suntuario de los sectores de altos ingresos
El
efecto inflacionario de la devaluación, la suba de tarifas y la disminución o
eliminación de retenciones, eran perfectamente previsibles, salvo para las
fantasiosas predicciones del ministro Prat Gay. También lo era la reducción del
consumo popular por el alto precio de productos de primera necesidad. No
debería extrañar por lo tanto que los medios oficialistas, en especial Clarín,
se ocuparan tempranamente de ofrecer “soluciones” para los pobres y los núcleos
familiares de ingresos medios.
El
“gran diario argentino”, en el inicio del verano, instó a los argentinos a volver
a alternativas más económicas y “confortables” como el ventilador de techo y la
pileta de lona, para enfrentar el inminente aumento tarifario. La Nación, propuso
a los sectores de nivel socio económico más elevado una moda novedosa y
conveniente para los nuevos tiempos: el “consumo cero”.
La
dimensión “real” de la inflación generada desde el poder central, como ya se ha
señalado, fue enmascarada en lo que va del mandato de Mauricio Macri por la
falta de indicadores del Indec. Sin embargo, sus “culpables”, según el relato del
“periodismo” oficialista, pertenecerían al gobierno anterior, aunque Cristina
Fernández no haya sido responsable de ninguna de las medidas adoptadas por la
gestión macrista. Sucede en este caso lo mismo que en el dólar futuro, donde el
juez oficialista Claudio Bonadío responsabiliza a la gestión anterior por las
consecuencias de la devaluación del peso resuelta por el actual gobierno.
La
contracara de esta explosión inflacionaria es el reverdecer de algunos nichos
de consumo suntuario, que dieron lugar al aumento del turismo en el extranjero y
la compra de camionetas de doble tracción o propiedades de lujo en la ciudad de
Buenos Aires.
El “confort” de no consumir
El
31 de diciembre pasado, luego de la devaluación, y cuando el incremento tarifario
estaba en lista de espera, Clarín editó en su suplemento de arquitectura un
artículo en el que invitaba a sus lectores a encontrar un costado “confortable”
y ecológicamente responsable a la reducción del consumo eléctrico.
El
título de la nota firmada por Fabián Gaterra invitaba a “volver al ventilador:
el mejor aliado para combatir el calor y la crisis energética”. Según el
arquitecto, “el aire acondicionado es una máquina de producir frío para remover
calor”. Y “si la red eléctrica no está en buenas condiciones, el uso de estos
equipos dispara el consumo. En cambio, el ventilador consume mucho menos y
produce una agradable sensación de confort” (1).
Ese
intento primitivo por promover la “austeridad”, enmascarado en la supuesta
“crisis energética”, no resultó ser una isla en medio del océano, sino parte de
un archipiélago que se iría conformando con sucesivos artículos,
convenientemente reproducidos por medios-eco del propio Grupo Clarín o de otros
emprendimientos y cadenas de comunicación.
El
18 de enero, Rolando Barbano, en el “gran diario argentino”, hacía una suerte
de apología nostálgica de una alternativa económica a los acondicionadores de
aire, en un artículo titulado: “Pelopincho vieja y querida” (2).
El
primero de febrero, cuando ya se vislumbraba el incremento del servicio
eléctrico, “de hasta el 700%”, según reconocía, el diario elaboraba una nota
donde invitaba a la resignación de los usuarios: “Suba de tarifas: 10 claves
para ahorrar en el consumo de energía en casa”. El listado incluía consejos
tales como: “Limpiar pantallas y bombitas de luz para no perder luminosidad (…)
Usar el lavarropas con agua fría y jabón de baja espuma”. Y “No colocar la
unidad externa del aire acondicionado al sol” (3).
El
suplemento “Entre mujeres” del diario no se quedó atrás y publicó una nota y varios videos bajo el título “Planificar
las compras, la primera clave para ahorrar en el supermercado”. Según el
columnista Andy Freyre (actual funcionario del gobierno porteño), “en días en
los que la inflación está a la orden del día y cada vez que entramos al súper
miramos (y nos enteramos) cuánto sale el producto que necesitamos y en base a
eso decidimos si lo llevamos o no, las estrategias para ahorrar se hacen
imprescindibles” (4).
El
mismo columnista-funcionario hablaba de “las 4 excusas más repetidas para no
ahorrar”. Su razonamiento era: “No vas a ser más pobre ni más rica por tomarte
un cafecito o comprarte un vestido que te gustó de la vidriera, pero es
probable que esos ´antojos´ consumistas estén socavando -poco a poco y sin que
seas del todo consciente- tu capacidad de ahorro” (5).
El
suplemento sugería además “10 trucos para ahorrar en el supermercado”. Según decía: “Si llegás al súper con una idea
y salís con un carrito repleto, estos consejos son para vos: Organizate,
planificá tu menú y olvidate de las compras impulsivas”. Acto seguido,
entregaba “una decena de sugerencias para ajustar tu presupuesto y hacer que tu
dinero rinda más”. Entre los consejos, estaban algunos probablemente razonables
como: “planificá tus comidas y tus compras con anticipación”, “eliminá los
productos innecesarios de la lista”, “resistite a las ´grandes ofertas´ de
productos que no usás”, y otros insólitos como “olvidate del carrito”, lo que
restringiría la compra a los productos que pueden llevarse cargados encima de
uno (6).
La
mayoría de estos razonamientos encontraban “fundamento” científico en una nota
del 10 de mayo último, en la que se advertía que, según un “estudio reciente”
de la consultora Focus Market, el “gasto hormiga” de alfajores, chicles y
cigarrillos, sería “un enemigo que puede llevarse más de tres sueldos anuales”
(7). El foco era quitado del que se deduciría de la búsqueda de los
responsables de que abril haya sido “el peor mes del año para el consumo”, ya
que “las ventas cayeron un 6,6%”, según el propio Clarín.
La moda del “consumo cero”
"Hoy
es el primer día del resto de este año en el que no vamos a comprar ni una sola
cosa para nosotras. Ni ropa, ni una crema, ni un libro, ni nada. La de ayer
fue, tal vez, nuestra última tarde como personas normales. Podíamos comprar lo
que queríamos, donde creíamos que nos convenía y pagarlo como podíamos. Como
todos. Bueno, como casi todos. Desde ahora las reglas cambiaron. Vamos a
desconsumirnos. Para los nuestros seremos como extrañas. Para los extraños
seremos eso mismo: raras. Dos mujeres que asumen el compromiso de pasar todo un
año sin comprar nada más que lo necesario. Ni un solo objeto cuyo destino final
sea la acumulación”. Así comienza una serie de artículos – englobados en el
“Proyecto Deseo Consumido” - con los que La Nación apunta a sumar a sectores de
mayor status aparente al “desconsumismo” al que el gobierno macrista obliga a
la mayor parte de las familias argentinas con sus políticas.
En
clara crítica a la incorporación al consumo popular por parte del kirchnerismo,
decía el matutino: “Es increíble cómo cambió en estos años nuestra noción de
ahorro. La inflación le quitó sentido económico a la postergación del consumo,
tanto que para nuestra generación, ´ahorro´ y ´descuento´ se convirtieron en
sinónimos. Así, los argentinos ´ahorramos´ gastando dinero” (8). Ahora, frente
a la aceleración de la espiral inflacionario promovida por el gobierno, la
respuesta del matutino parece ser “ahorrar” gastos para dar el ejemplo de la
“gente bien” a los sectores populares que debieron restringir el consumo sin
necesidad de subirse a tendencia alguna.
Una
informe publicado el 9 de marzo confirmó que la “moda” ya fue impuesta por la
fuerza a los sectores de menores ingresos: “El consumo de carne vacuna cayó un
5,37% en el bimestre enero/febrero de 2016 respecto de igual período de 2015,
al pasar de 57,7 a 54,6 kilos por habitante por año, con lo que el segmento en
análisis resultó el peor desde 2011” (9).
El
6 de abril, coincidió Clarín: “El consumo de carne por habitante alcanzó en el
primer trimestre del año los 55,9 kilogramos anuales, lo que representó una
caída de 6% en comparación con el mismo periodo de 2015, y resultó la segunda
cifra más baja en los últimos diez años”. ¿El motivo?: “El precio promedio de
la carne para el consumidor exhibió en marzo un aumento de 44% en forma
interanual” (10). ¿Queda alguna duda?
Ya
en el mes de mayo, a falta de datos oficiales, “consultoras confirman que
inflación en abril fue la más alta en casi 14 años”, publicó Ambito Financiero.
“La más conservadora supera el 6%”, advertía. Matías Ortega, escribió: “un
cóctel mezcla de tarifas de servicios, transportes, combustibles, alimentos,
prepagas, cigarrillos, entre otros ingredientes, derivaron en un trago amargo
para los consumidores. Según los especialistas consultados por ámbito.com, las
estimaciones de la inflación de abril se ubican entre 6 y 8%, lo que representa
la suba más alta en casi 14 años, cuando en junio de 2002 marcó 8,2%” (11).
La
Nación trató sin embargo de buscar un costado amable al asunto. Sobre el incremento
de los productos fabricados con tabaco dijo: “Cigarrillos: prevén que caerá el
consumo”. Según Fabiola Czubaj, “con las subas, estiman que se reducirá un 15%
anual”. No obstante, el costado positivo sería que “desde la salud pública es
una medida bien recibida porque está demostrado que desalienta el consumo -y su
inicio en los más jóvenes-, a la vez que reduce la carga de enfermedad que
genera el humo de tabaco y sus costos para el sistema sanitario” (12).
El
3 de mayo, tras una larga etapa de “consejos” a sus lectores, el grupo Clarín
debió ceder a las evidencias: “Por la inflación de los últimos meses, caen
hasta las compras de alimentos”, ya que “comer carne cuesta 44% más que hace un
año. Las frutas se encarecieron 47% y las verduras, otro 45%. Estos alimentos
básicos son de los que más subieron en doce meses y encarecieron la canasta de
consumo. La reacción fue lógica: ante la inflación, los consumidores compraron
menos y las ventas de supermercados, autoservicios y almacenes bajaron”.
Entonces,
“la venta en unidades de una importante cadena de supermercados cayó 5%
interanual en el primer trimestre. La consultora CCR registró caídas en el
consumo de carne del 6% en el primer trimestre y de hasta 4,5% en el resto de
los alimentos. El consumo de carne vacuna por habitante cayó 5,9% interanual en
el primer trimestre del año, según la Cámara de la Industria y el Comercio de
Carnes (Ciccra)”.
A
su vez, “entre noviembre y febrero, los meses de mayores subas, los datos de
Indecom muestran que la venta de carne cayó hasta 11,4% en la Ciudad, hasta 16%
en el Conurbano y hasta 21% en el interior del país” (13).
La “alegría” de los ricos
Frente
a estos indicadores negativos y la campaña de la prensa hegemónica para tratar
de naturalizar el “desconsumismo”, surgió en estos primeros meses del gobierno,
sin embargo, una incipiente tendencia al incremento de consumo suntuario, el
cual sin embargo encontró poco espacio en los medios.
“En
una economía que sólo trae pesares para el Gobierno por la caída general de
ventas, los patentamientos, en abril registraron una suba del 13,8% respecto de
igual período del año anterior. Pero eso no es todo. Lo más llamativo es cuál
fue el modelo más vendido del mes. Se trata de la pick- up Hilux, un vehículo
que parte de los $ 410.000 hasta $ 780.000 que desplazó a los tradicionales
líderes del mercado que son los económicos Volkswagen Gol y Chevrolet Classic.
Pero además, la versión más demandada fue la más equipada, la 4x4 SRX con caja
automática, la más cara, y le sigue el modelo con caja manual que cuesta unos $
730.000”. La nota publicada en Ambito Financiero no deja espacio para la duda.
“La
explicación de este cambio puede encontrarse en el sector agropecuario. Las
mejores perspectivas para el campo por la baja de las retenciones y la
devaluación están generando una mayor demanda de este tipo de vehículos”,
asegura el matutino (14).
En
el mismo sentido puede interpretarse el siguiente dato, publicado por
Página/12: “La fuga de divisas en el primer trimestre del año fue la más
elevada desde el estallido de la crisis financiera internacional en 2009. La
compra bruta de moneda extranjera en el primer trimestre sumó 4310 millones de
dólares, al tiempo que se anotaron ventas de divisas por 1011 millones, con lo
cual la formación de activos externos neta ascendió a 3300 millones”.
Además,
“el turismo fue otro rubro de fuerte desequilibrio en materia de divisas. En
los primeros tres meses del año se anotó un déficit de 2214 millones de
dólares, cuando el rojo había sido de 1849 millones en el mismo período del
2014, lo que es equivalente a un alza del 19,4 por ciento. Los turistas
extranjeros ingresaron al país por vías legales 406 millones de dólares,
mientras que los argentinos que viajaron al mundo gastaron en pasajes, estadía
y compras 2620 millones” (15).
Pero
no sólo en viajes gastaron dinero los sectores de mayores ingresos, según se
deduce de otro artículo publicado en La Nación. Con datos del Colegio de
Escribanos, anunció: “Crecieron un 14,1% las escrituras en la ciudad de Buenos
Aires en marzo”. Entre líneas, el diario reconoció algunos detalles
importantes: “El valor promedio subió
58,8%” (16), por encima del incremento de los costos de construcción. Es decir,
el aumento en las transacciones se explica por la compra propiedades de mayor
valor, obviamente de parte de los sectores de nivel adquisitivo más elevado, ya
que “las escrituras de menor valor cayeron un 27% en la comparación
interanual”. ¿No habrá llegado el momento de reconocer un boom de consumo
suntuario al nuevo gobierno?
*
Periodista (UNLP)
Notas
1)http://arq.clarin.com/construccion/Volver-ventilador-combatir-crisis-energetica_0_1495650634.html
2)
http://www.clarin.com/opinion/Rolando_Barbano_0_1506449394.html
4)
http://entremujeres.clarin.com/trabajo/dinero/dinero-Ahorro-Andy_Freire-Mariano_Otalora_0_1537046493.html
5)
http://entremujeres.clarin.com/trabajo/dinero/Andy_Freire-ahorrar-Finanzas-dinero_0_1468653505.html
6)
7)
http://www.clarin.com/sociedad/hormiga-enemigo-llevarse-sueldos-anuales_0_1574242586.html
10)http://www.ieco.clarin.com/economia/consumo-carne-primer-trimestre-segundo_0_1553844888.html
13)http://tn.com.ar/economia/por-la-inflacion-de-los-ultimos-meses-caen-las-ventas-de-alimentos_670798
14)
http://www.ambito.com/diario/837595-crisis-el-0-km-mas-vendido-en-abril-vale-hasta--800000
15)
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-298400-2016-05-03.html
16)
http://www.lanacion.com.ar/1895034-crecieron-un-141-las-escrituras-en-la-ciudad-de-buenos-aires-en-marzo
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