13.5.07

Trabajar como chino, consumir como británico o norteamericano o innovar como Henry Ford o Bill Gates


La producción Argentina crece sin cesardesde hace cinco años. Y no existe ningúnantecedente parecido en las últimas tresdécadas. Crecimiento, sin embargo, no eslo mismo que desarrollo económico. En lasúltimas semanas, académicos de diferentescorrientes ideológicas y políticas - tantoliberales, como heterodoxos opositores yoficialistas- coincidieron en que para que elcrecimiento actual se traduzca en bienestarpara toda la población, es necesario queArgentina piense un estrategia de desarro­llo a largo plazo. En ese plan debería estarincluida la promoción de diferentes secto­res económicos, pero no para sostenerlosporque sí sino en función de que incorpo­ren tecnología e ideas a su procesoproductivo; se integren a redes de provee­dores locales de insumos y servicios;desarrollen productos ideados localmenteen universidades y centros de estudioslocales; y vendan sus productos tanto almercado interno como al mundial a unprecio que les permita estar a la vanguardiade otros competidores externos.
El economista Roberto Lavagna presentóen La Plata su tesis sobre las tres vías parala inserción de los países en un mercadoglobalizado. Las vías son complementariasy no excluyentes, y al menos en dos casospueden conducir al desarrollo económico.
- Por una parte, estarían los países con unmercado de alto consumo gigantesco,como en el caso de Estados Unidos, laUnión Europea o, de forma creciente,algunas economías asiáticas como India oChina. El poder adquisitivo de su pobla­ción sería el principal motor de desarrollo.
- Por otro lado, se destacarían lasNaciones con abundancia de mano de obrabarata, como India, Indonesia o China.Esta vía deja al desarrollo para una etapaulterior.
- Un tercer grupo estaría compuesto poraquellas naciones líderes en innovación,como los Estados Unidos, Japón y países de
la Unión Europea. China estaría en víasde integrarse a esa corriente.
En el caso Argentino, Lavagna cree que"insertarse en el mundo con bajos salariossería un grave error". A la vez, el mercadode alto consumo del Mercosur sería todavíamuy reducido, debido a la existencia dealtos niveles de pobreza. Por lo tanto, elcamino a seguir sería invertir más eninnovación, producir en serie esos produc­tos y venderlos en las góndolas norteameri­canas, japonesas y europeas.
Jorge Todesca y Patricio Narodowski,economistas afines a las ideas del gobierno,destacaron, también en La Plata, que en eseproceso debería darse una integración deempresas medianas y pequeñas en lacadena de producción, y además tendríanque aprovecharse las ventajas comparativasargentinas para incorporar tecnología localal proceso. Por ejemplo, en la producciónde manufacturas de origen agropecuario, sedebería promover el desarrollo local deproductos de alto contenido tecnológicocomo semillas, tractores, y sistemas deseguimiento satelital.
Desde otra vertiente ideológica, los eco­nomistas Juan Lach y Guillermo Rozen­wurcel encabezaron una experiencia acadé­mica promovidas por la UniversidadAustral y la Universidad Nacional de SanMartín. A partir del debate de especialistasliberales y heterodoxos lograron redactarun documento síntesis de propuestas dedesarrollo con amplio consenso. Allí seafirma que:
- Para desarrollarse, Argentina debeapostar a la formación de cadenas produc­tivas y racimos, agregando cada vez mayorvalor a los recursos naturales.
- Es clave afianzar las señales recientes deapoyo a la educación, la innovación, laciencia y la tecnología.
- Son cruciales también mejores políticaspara lograr una distribución más equitativadel ingreso.
En síntesis, la diversidad de ideas no debeimpedir la formación de un amplioconsenso sobre posibles vías para direccio­nar la estrategia de crecimiento - dólar bajoy superávit fiscal -hacia un modelo dedesarrollo. Está en el poder político y en losdistintos actores académicos y productivosla posibilidad de implementar estas líneasde acción.

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