22.5.07

Talleres clandestinos, empleadas domésticas en negro, docentes mal pagas = mayor desigualdad social





Un estudio realizado por la Unicef en Argentina indica que, en promedio, las mujeres ganan un 26,5% menos que los hombres. El aumento del empleo de mujeres en el mercado laboral es, a la vez, uno de los componentes que explican la reducción de los índices de desocupación, de acuerdo a datos del Indec. Pero según un análisis del Centro de Estudios Sociolaborales (Cespre), contribuye a mantener la desigualdad de ingresos entre los extremos más rico y más pobre de la población.
Para el centro de estudios que dirige el economista Javier Lidenboim, lo lógico sería que junto con el crecimiento económico y el aumento del empleo se verificara una reducción de la brecha de ingresos que separa al 10% más rico del 10% más pobre de la población, pero la diferencia se va reduciendo muy lentamente debido, entre otros factores, a las condiciones de trabajo de la población femenina.
Para sustentar la hipótesis planteada, el estudio del Cespre indica que entre 2002 y 2006 el aumento del empleo asalariado estuvo impulsado principalmente por la incorporación de mujeres al mundo laboral. "Es sabido que, contra la ética y la ley, los sueldos de las trabajadoras son menores en promedio a los de los varones. Ello frena la mejora de ingresos de los hogares", asegura el estudio. Y agrega datos que confirman esa hipótesis: en ese trieño, mientras el porcentaje de aumento de empleo asalariado femenino fue similar al del total en cuanto a puestos de trabajo en blanco, no ocurrió lo mismo en el caso del empleo precario. Allí se observa algo particular: hubo un descenso en el número de puestos de empleo en negro de los varones y un incremento de los puestos de trabajo femeninos de alrededor del 8%.
"De tal manera, al hecho de que las mujeres ganen menos y hayan sido ellas quienes dinamizaron en mayor grado el mercado de trabajo recientemente, se suma que el empleo femenino aumenta y muestra un componente precario subsis
tente que no es despreciable", dice el estudio. "Mientras los asalariados varones de entre 36 y 75 años revistan en un 70 o 75% en blanco, las mujeres en edades similares en ningún caso superan el 60% de cobertura legal", agrega el Cespre.
El total de asalariados (varones y mujeres) creció un 14% entre el último trimestre de 2003 y el último de 2006, pero el de asalariadas tuvo una suba del 24%. El trabajo en blanco total mejoró un 18%, pero el femenino un poco menos: 16%. A su vez, el empleo en negro se redujo, en promedio, un 4%, pero el trabajo no registrado femenino creció el 8%.
Los datos sobre distribución del ingreso correspondientes al segundo trimestre del 2006 muestran que la desigualdad está disminuyendo pero a ritmo lento. El ingreso del 10% de las personas más ricas es 31 veces el ingreso del 10% más pobre. Un indicador mas completo, como el Coeficiente de Gini, señala que la desigualdad sigue en niveles muy altos. El análisis del empleo doméstico, por ejemplo, ayuda a entender este fenómeno. Este sector, de acuerdo a Unicef, genera el 17% del empleo femenino total y el 34% de las ocupaciones para trabajadoras con bajo nivel de educación. Allí, el 39% de las trabajadoras son pobres y el 93% trabaja "en negro". La precariedad laboral es evidente.

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